En el Día de las Madres. Una Entrevista A Una Madre Que Nos Inspira.



Hoy les traemos una entrevista a la Doctora Lucía Torroba. Una mamá que nos inspira como persona, madre y profesional. 

¿De que parte de Argentina sos? Contanos algo de tu infancia, de tus vínculos y de tu tierra.

Nací en Santa Rosa, en La Pampa. Una ciudad que queda en el medio de Argentina, en una provincia que tiene casi el tamaño de Uruguay pero solo 350mil habitantes. Allí viví y crecí con mi familia hasta los 19 años, que fue cuando decidí dejar la carrera de Licenciatura en Historia para buscar otros horizontes. 


¿Cómo nace tu vocación por la medicina y por la cirugía estética?

¿Donde estudiaste?

Estudié Medicina en la Universidad Nacional de Córdoba. La decisión por ser médica surge porque me gustaban las ciencias humanas, y también me encantaba biología. Quería estudiar al ser humano y sentirme útil, quería entender su salud y resolverla. (Después aprendí que resolver es la parte más pequeña Medicina). También quería superar un desafío personal, porque en Córdoba ingresar a Medicina es difícil. En aquel momento, de 3000 aspirantes entraban 500. A veces no sé si la elegí solo por ponerme a prueba, o si realmente sabía lo que era el mundo de la medicina. 

En esa misma ciudad viví 7 años, 3 de los cuales me dediqué a vender y decorar tortas, para tener ingresos. Era muy meticulosa, me gustaban los detalles, y descubrí que tenía amor por el trabajo manual. 

Cirugía plástica surgió de la necesidad de poder combinar mis dos pasiones: La medicina y la manualidad. 


¿Cual fue tu primer trabajo como doctora? ¿Y como fue esa experiencia?

Trabajo remunerado, fue en una emergencia móvil, asistiendo pacientes a domicilio. 

Pero la primera vez que me percibí como una médica trabajando fue en mi internado (el último año de la carrera, en la que se pone en práctica toda la teoría). Lo hice en un Malagueño, una ciudad de 13000 habitantes, de la cual me llevo los mejores recuerdos y aprendizajes. Y ahí aprendí la responsabilidad de una guardia, la importancia de tomar decisiones adecuadas, de trabajar en equipo, y de adquirir experiencia, que es importantísima en nuestro trabajo. También ahí aprendí que muchas veces con lo que estudiamos no alcanza. Si no sabemos comunicar esa información a los pacientes, nos quedamos en la mitad del camino del tratamiento. 


¿Por que venís a vivir a Uruguay? ¿Como te trata el país y como te sentís viviendo aquí?

Migré a Uruguay en marzo de 2012. Por amor. En ese entonces estaba de novia a la distancia con Franco, que es de acá, Montevideano y mi marido hace 6 años. Me la jugué bastante porque vine sola, sin conocer casi nada de Uruguay. Tuve días que extrañaba mucho, sobre todo al comienzo, pero me sentí muy cómoda siempre. La cosa se acomodó bastante cuando logré comenzar a trabajar. Las personas que confiaron en mi sin tener experiencia laboral marcaron mi destino en este país, y por eso les estaré siempre agradecida. 

Me encanta este país, especialmente la rambla Montevideana. Vengo de una provincia que casi no tiene agua y ver ese paisaje todos los días no tiene precio. Creo que a veces se desestima el valor, la belleza y la importancia cultural de muchos lugares de Montevideo.  


Contanos cómo es ser mamá. Como viviste esa experiencia con cada nacimiento. Y luego como es tu vida siendo madre y profesional.

Creo que ser mamá es una transformación. Así lo viví yo. Tiene sus momentos hermosos, y sus momentos oscuros, pero me parece tan gratificante que vale la pena todo el sacrificio. Mi primer hijo, Franco, nació en plena residencia, cuando me especializaba para ser cirujana plástica. La combinación del trabajo en el Hospital con la crianza de un bebé fue agotadora, pero tuve ayuda de mi marido y de nuestra familia, y con eso pude seguir adelante. 

Mi segundo hijo, Rocco, nació cuando estaba cerquita de ser especialista. Tuvo que aguantarme los nervios y la presión de los exámenes, que fue mucha, pero lo logramos. 

Sin dudas mi familia me hace mejor profesional. Mis dos hijos me transformaron en una cirujana más empática. Y mi esposo, que no es médico, siempre me da esa visión que tienen los pacientes y a veces los médicos pasamos por alto. 


¿Cómo es tu trabajo hoy? ¿Cuál es tu relación con tus pacientes? ¿Que valores te gusta transmitir desde ese lugar?.

Mi trabajo es muy intenso e impredecible. Hay semanas en las que el horario cambia todo el tiempo, y otras que tengo más tiempo libre del que proyectaba. Eso me permite acompañar a mis hijos en cosas que otras mamás con horarios fijos a veces no pueden, así que me siento una privilegiada, incluso cuando no tengo fines de semana libres!

Intento que mi relación con los pacientes sea la mejor posible. A veces las condiciones sanitarias no nos permiten lograr el vínculo que necesitamos. Siento que por los tiempos de atención limitados, muchas cosas quedan en el tintero. Trato de despejar dudas frecuentes sobre cirugía plástica en mi cuenta de Instragram porque me los imagino buscando información que no pudieron obtener en la consulta.  

Al mismo tiempo, la cirugía es muy gratificante, porque uno logra tratar las patologías de una manera especialmente práctica. Se forma un vínculo breve pero muy intenso con el paciente, que perdura en el tiempo (para bien, o para mal). Y esa responsabilidad tan grande me motiva todos los días a perfeccionarme. 

Más que transmitir valores, me gusta intercambiarlos. Creo que nosotros tenemos que ser honestos, responsables, y respetuosos, y los pacientes también. Sin un involucramiento de las dos partes, es más difícil que la atención brindada al paciente aporte algo a su salud. 


¿Cuáles son tus sueños, metas? Tanto profesionales como personales.

Me cuesta proyectarme al futuro porque me gusta vivir cada etapa. Y sé que por eso mi vida dio tantas vueltas. Estoy segura que las cosas seguirán girando y no me quiero perder esas oportunidades. 

Quiero seguir ganando experiencia, hasta el día que me jubile. Espero no perder las ganas de estudiar siempre, por los pacientes, que son los mejores maestros. En cuanto a mi familia, quiero hijos sanos, y que logren disfrutar de su vida, ninguna de las dos cosas es fácil hoy. Y quiero seguir encontrando en mi pareja el mismo apoyo mutuo, que nos ha hecho llegar hasta acá. 


Una historia que nos conecta con la madre actual, la cual puede llevar adelante su profesión y maternidad mostrandonos que  eso es posible si se hace con mucho amor. Feliz día a todas las madres y en especial a Lucía por traernos su hermosa historia.


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